lunes, 11 de febrero de 2013

Se fue Benedicto 16

Para quienes estamos al pendiente de las acciones, tanto políticas como religiosas, del Vaticano la renuncia del Papa Benedicto 16 no nos toma por sorpresa. No se tenía clara la razón de los cambios pero si se veía venir algo grande. Y es que desde hace algunos meses el  sucesor de San Pedro ha estado llevando a cabo cambios trascendentales. Desde la Curia Romana hasta nombrar nuevos arzobispos; acuerdos con Iglesias Orientales hasta acuerdos políticos.

No es la primera vez que un obispo de Roma abdica y mucho menos en momentos tan delicados como los que vive la Iglesia Católica ahora. Benedicto 16 recibió una iglesia en decadencia y ha sido poco lo que ha hecho por levantarla.

 Mancillada por los innumerables casos de pederastia a nivel mundial la iglesia cristiana con mayor cantidad de adeptos tiene mucho por hacer y ha demostrado tener poca o ninguna intención de llevar a cabo un proceso de introspección en donde no solo se lleven a justo término dichos casos sino que se auto evalúe a fin de ser una iglesia que, sin claudicar en sus postulados cristianas, sea una atemperada a los tiempos y que responda a las necesidades particulares de cada diócesis.

No podemos ser hipócritas. La cabeza visible de la iglesia católica es uno de los papas menos amados  de toda la historia. Son muchos los que lo ven, aun con todos los años que han pasado, como representante claro del pensamiento nazista. Si a esto le sumamos que son pocos los lideres diplomáticos que han optado por mantener una relación seria con él nos damos cuenta que ni a nivel religioso ni a nivel político el jefe de estado vaticano ha tenido  buena aceptación.

Vale reconocer que con esta renuncia la iglesia católica tiene, nuevamente y esperamos no la deje perder, una excelente oportunidad que pocas veces llega para ser autocríticos y de forma seria y responsable analizar las razones por las cuales ha perdido seguidores y cómo pueden recobrar la credibilidad que en algún momento tuvieron.

Espero que el próximo papa sea uno de visión amplia; que a diferencia de Benedicto 16 tenga un poco más de fuerza moral para hablar; que sienta lo que su iglesia siente aunque eso lo haga vivir más tiempo fuera de Roma; que entienda que todas las iglesias existen por sus feligreses y no por sus propios atributos.

Si en realidad la iglesia católica entiende el momento por el que está pasando no creo que tenga problema en dejar de ser una iglesia del Medioevo y volverse una iglesia del sigo 21.